Un 24 de julio. Amanecía nublado pero enseguida el sol empezó a asomar tímidamente hasta que se convirtió en una sol intenso llegado el momento de la ceremonia. Tras unos tranquilos momentos de preparativos con cada uno de “mis chicos”, en estancias grandes y luminosas, comenzó la ceremonia. Una ceremonia íntima y sin muchas pretensiones. Exactamente una ceremonia en época de covid pero donde no faltaron las emociones ocultas tras las mascarillas.
A continuación celebramos el cocktail en la bonita terraza del Palacio Ferrera en Avilés. Y fue justamente ahí, en el jardín francés, donde Manu y Alba, disfrutaron de un momento a solas, relajados mientras yo les tomaba alguna foto para el recuerdo.
Y la fiesta continuó con el banquete y el baile amenizado por Sonifon. Y aunque la lluvia dejó caer unas pequeñas gotas de lluvia, eso no impidió que pudiéramos disfrutar de una bonita fiesta.
Os dejo con un pequeño resumen de lo que fue si día.