Oriol recibió su sesión de retrato como un regalo, y aunque al principio le sorprendió, ya que este no es un regalo habitual para un chico de 12 años, he de decir, que luego estaba ilusionado con la idea.
Planteamos la sesión con dos cambios de vestuario y dos toques o estilos diferentes: uno más informal y deportivo unido a su deporte estrella, el fútbol, y otro un poco más formal en cuanto a vestuario pero que combinamos con un lugar abandonado para darle ese toque desenfadado.
El día estaba un poco revuelto, y al final acabó cayendo una gran tormenta acompañada de mucho viento, pero la localización abandonada permitió que pudiésemos terminar la sesión con éxito.
Os dejo con este pedazo de modelo y con su sesión de retrato