Sobre mi

Fotógrafa de emociones

Mi nombre es Silvia y aunque Asturias me vio crecer, actualmente resido en Perú junto con mi compañero de vida. Disfruto combinando las bodas en ambos continentes.

Vivía enredada en mi rutina laboral educativa y rodeada de adolescentes inquietos. Pero descubrí, casi sin darme cuenta, que mi corazón latía más rápido al pulsar aquel pequeño botón de mi máquina del tiempo. Y así, sin más, decidí que mi atracción por la fotografía debía convertirse no en mi trabajo sino en mi pasión. Y así llegue hasta aquí…

Romántica empedernida, sensible sin remedio y  ladrona de momentos. Seguramente veas rodar tímidamente una lágrima detrás de mi objetivo mientras te das el “sí, quiero”. No te sorprendas! Es lo habitual… no puedo ni quiero evitarlo.

Ojalá pudiera desconectar cada noche mi cabecita como si de una máquina se tratara! Demasiadas cosas siempre revoloteando por ahí,  con ganas infinitas de lograr lo que me propongo.

Me encantan las cosas simples: remolonear en la cama después de escuchar el ruido del despertador, pisar las hojas secas en otoño, la puesta de sol desde la azotea, pasear por la playa, inspirarme con deco boho, las sorpresas, hacer feliz a los demás, la paella de mi padre, los abrazos, la mirada inocente y tierna de los más peques de la familia, el chocolate,… Y si tuviera que decir algo que detesto sería madrugar, el frío y sobre todo, las mentiras, especialmente de aquellos a los que aprecias.

Defectos: demasiados. Bastaría con citar mi obsesión por tener hasta el más mínimo detalle bajo control y lo agotadoramente exigente que puedo llegar a ser conmigo misma.

Necesariamente hacer mención de él. Mi leal compañero de esta aventura que llamamos vida

Gracias a todos y cada uno de los que se han cruzado en este camino y me han ayudado en este proyecto personal

Mil gracias por dedicarme un poquito de vuestro tiempo