Después de citas, llamadas, wasaps y varios meses, por fin llegó el momento de hacer esta esperada preboda. La localización elegida fue Salinas. El motivo era poder combinar la zona verde del pinar con la playa para capturar su amor con la puesta de sol como testigo. Y no resultó nada mal, porque a pesar de ser marzo y tener en cuenta que nos encontramos en Asturias, tuvimos un día estupendo y el sol brilló para nosotros hasta ocultarse por el horizonte, permitiéndonos realizar las que para mi fueron las mejores fotos de toda la sesión.
Como siempre sucede en la mayoría de las sesiones, la primera media hora fue para adaptarnos a estar tanto delante, como detrás de la cámara. Por eso es que las sesiones de preboda son tan importantes, porque ayudan a romper ese primer hielo y es trabajo que llevamos ganado para el día de la boda, la cual sé que será estupenda. Qué ganas de fotografiar vuestro gran día chicos!!
Ahora os dejo disfrutar de Rubén y Alba y de su complicidad. Una pareja muy especial con la que disfrute un montón una vez más tras mi cámara. Un placer conoceros pareja!