Os presento a Candela. Cuando llegó venía dormidita en el coche, pero a pesar de despertarla, estuvo de bastante buen humor.
Sus papis comentaron que no estaba tan risueña como lo es habitualmente y es que después descubrimos que justo ese día le estaba asomando un dientecito. Por eso, quizá, no sonrío tanto como esperábamos. De todas formas, creo que Candela conquistó mi objetivo y lució muy pero que muy dulce. No os parece?
Os dejo con un resumen de la sesión junto con sus papis.