Desde que localicé este bosque casi por casualidad, supe que haría allí alguna sesión porque me conquistó desde el primer momento. Y así fue, cuando hablando con Abi, decidimos que sería el lugar ideal para esta sesión de retrato. Aunque la fecha corresponde con el final del invierno, casi parece otoño por la multitud de hojas secas que quedaban en el suelo pero esto le daba un toque muy especial.
Planteamos la sesión como una mañana divertida en la que charlar y disparar con naturalidad. Y este fue el resultado final. Espero que os guste. Os dejo con las imágenes y muchas gracias por vuestra visita!