Es todo un placer ver el ciclo de las parejas a las que fotografías cuando se casan. Primero fue una sesión preboda entre la niebla asturiana, luego una boda increíblemente mágica en un entorno de ensueño y a continuación, en menos de un año, una sesión premamá en una bonita playa astur.
Y todavía me queda por enseñaros a la pequeña Laia, puro amor.
Qué más os puedo decir de mis chicos, porque ya son como de la familia. Tener el privilegio de captar tantos y tantos instantes bonitos, es increíble. Mil gracias!! De corazón!